jueves, 3 de octubre de 2013

Ante todo: sororidad feminista (en respuesta a Feministas Ácidas sobre el debate de la prostitución)

Acabo de leer este texto de Feministas Ácidas [aquí] y me vi en la necesidad de responder, siempre desde el respeto, y desde la necesaria y urgente sororidad feminista dadas las circunstancias del mundo y este Estado en concreto (el español), en el que las mujeres se están viendo especialmente afectadas por las medidas neoliberales.

Cualquier persona que siga a Feministas Ácidas como yo, sabe que en sus posts defiende que cada mujer haga un libre uso de su cuerpo, lo que incluye el derecho a la prostitución libre y autogestionada [ejemplo aquí]. Este debate -tan trillado entre las feministas- continúa irresuelto no sólo entre personas de diferentes posturas, sino dentro de una misma incluso. Me explico: no es sólo una disputa entre regulacionistas y (supuestas) abolicionistas, también estamos las que estamos en el medio, llenas de dudas, de preguntas, en una ambigüedad que nos rompe el cerebro, y entre esas me declaro yo. Soy de esas feministas que cambia más de posición que de calzones y sé que hay unas cuantas más como yo. A continuación explicaré el por qué (a pesar del pánico). 


Preámbulos: contextos

Para empezar voy a establecer ciertas diferencias entre los términos. Siempre que se habla de las "abolicionistas" se habla de señoronas burguesas de perlas y chaqueta, formadas en universidades, que lo que no quieren es que sus maridos se vayan de putas: ERROR. La mayoría de abolicionistas que conozco son utópicas, que no sólo sueñan con que ninguna mujer venda su cuerpo, sueñan también con que ninguna persona tenga que vender su cuerpo para sobrevivir. En tal caso, dentro de las llamadas "abolicionistas" hay dos tipos de personas: las que optan por legalizar la prostitución y las que no. Es decir: hay algunas que consideran que la legalización es necesaria, urgente y una medida de ayuda, y algunas que creen que lo empeorará. 

Luego también conozco feministas que consideran que la prostitución sería un derecho en este sistema económico y en cualquier otro sistema por más utópico que éste fuera; la prostitución como derecho inalienable. 

Creo necesario dejar clara mi postura: si ahora mismo tuviera que posicionarme, supongo que sería regulacionista, porque lo mismo que son defendibles las ocho horas, defiendo la salud pública y el derecho a la seguridad social para quienes trabajan con sus brazos o sus piernas, es defendible que las trabajadoras sexuales que trabajan con otra parte del cuerpo (su coño, que no debería ser tan distinta a cualquier otra) tengan derecho a seguridad social y todo tipo de derechos como cualquier trabajadora.

En cualquier caso hay que tener claro que no es lo mismo hablar del contexto del capitalismo que del contexto de otro sistema al que podamos llegar (ojalá) algún día. Ojalá, en otro sistema, nadie se vea en la necesidad de mercantilizar ninguna parte de su cuerpo (ni brazos ni coños) para poder sobrevivir.


La cuestión de la voluntad de las personas y la construcción social: el mito del sujeto liberal

En cualquier caso es innegable que la prostitución debe ser vista dentro de un contexto concreto, es decir, dentro de un sistema económico, político, social y cultural concreto: el modelo capitalista heteropatriarcal. Cuando Feministas Ácidas dice "Al final, todo el mundo puede comerciar y manipular nuestros cuerpos menos nosotras. Si la virginidad es valiosa para ellos, que la paguen." no plantea la abolición de la propiedad privada de las mujeres, sino una maleabilidad de esa propiedad, que no es propia, porque al fin y al cabo la vendemos. 

En las posturas sobre la prostitución autogestionada lo que yace es el mito del "sujeto liberal", el sujeto como el que hablan Hayek o Nozick, que comercia con la propiedad privada sin molestar a nadie, sin perjuiciar a nadie, como si ese "intercambio" no se produjera en una sociedad en la que se vierten consecuencias, una sociedad dotada de significados muy importantes que siguen construyendo individuos.

Por ejemplo, cuando en Nafarroa en los San Fermines había algunas chicas que voluntariamente (y obedeciendo a esta nueva "tradición") se levantaban la camisa y se dejaban tocar las tetas, todas las feministas pusimos el grito en el cielo, ¿por qué?: a) porque creemos que seguir esta tradición no es un acto de voluntad sino de presión social patriarcal y de construcción social; b) porque las que lo hacen (y parecen estar pasándolo bien muy a nuestro pesar) contribuyen a seguir fomentando este tipo de actividad machista en los próximos san fermines (incluso con chicas que no quieran hacerlo). 

O cuando se le exige a una camarera que vaya con escotazo y tacones, o se la sortea en un bar como ya ocurrió, o cuando se le dice que mientras trabaja por la noche en la discoteca se deje meter un poco de mano para ganar más propinas, ¿qué les decimos? ¿que es un acto de libertad? ¿que aproveche y saque dinero de ese cuerpo que todo el mundo desea?
Todo hecho tiene un contexto signficativo social, el contrato "económico", también. Una transacción económica en el capitalismo tiene toda una serie de connotaciones que siguen fomentando y participando de un sistema que genera desigualdades, acumulación de riqueza en un lado y hambre en otros, que genera violencia policial, violencia institucional, marginación y ese largo etcétera que todas conocemos ya en carne propia.

El contrato liberal del que habla Feministas Ácidas, de una persona que decide follar con alguien y cobrarle es prácticamente tan inexistente en este sistema como el trueque. ¿Pero existe? Sí. ¿Es defendible? Claro, ¿quién le diría a una tía que no puede hacer lo que quiera con su cuerpo? Precisamente ese es uno de los mayores reclamos feministas. Pero el problema está más allá: el problema está en todos los contextos indefendibles que producen una mercantilización absoluta y violenta de los cuerpos de las mujeres, que contribuyen a la trata, al tráfico, a los chulos, a las redes, a las mafias, porque ser mujer en muchos países del mundo implica un riesgo abismal de que te secuestren y te obliguen a prostituirte por algún país de Europa; sobre todo porque, junto con el narcotráfico y la venta de armas, la trata es uno de los negocios más rentables y el que más dinero mueve en el mundo. 

Conclusiones personales

Voy y vengo. Nunca me decido (ojalá pudiera o tuviera las herramientas necesarias para hacerlo). Me cuesta pensar sobre el cuerpo de otra mujer. No soy puta. Sí fui abusada. Sé lo que significa tener coño. Sé lo que significa ser mujer. Pero también sé lo que significa ser del sur, y el riesgo de que te secuestren para llevarte a Europa a prostituirte (incluso una prima mía fue víctima de una red italiana). También sé que en las academias hay muchas feministas que aún no aterrizan al mundo real, y que rodeadas de la pompa universitaria se olvidan de las que padecemos la calle patriarcal y capitalista un poco más a flor de piel que ellas... Hay mucho por pensar, mucho por debatir, mucho por discutir, mucho por preguntarle a las putas autogestionadas y mucho por preguntarles a las víctimas de trata (que son más), y sobre todo mucho por aprender. 

Pero, compañera de Feministas Ácidas, siempre desde el compañerismo y la sororidad, desde el hablar y el escuchar, nunca desde el insulto. Porque cuando me llamas "pseudofeminista" es insultante y me duele. Y cuando pones en duda que sean feministas quienes aún dudan sobre el regulacionismo, abres brechas, en vez de generar lazos. Y porque sé que me pueden llover las críticas después de escribir esto. Pero espero que sean desde la hermandad. Estamos todas en el mismo barco. Sepamos identificar al enemigo.

#SororidadFeminista

2 comentarios:

  1. GRANDE!
    Increíble el artículo Magda, no podía haberlo dicho mejor.
    MUCHAS GRACIAS.
    Muchas conversaciones al respecto ;) . Muchas dudas, y muy complicado
    a la hora de posicionarse. Sin embargo, no puedo dejar de pensar en la prostitución como un oficio que se inserta dentro del sistema laboral patriarcal constituyendo un elemento más de cosificación y dominación de las mujeres, pues no debe ser casualidad que la demanda de la prostitución sea ejercida en su GRAN mayoría por los hombres. Y del mismo modo, me resulta, cuanto menos, cuestionable pensar la libertad o voluntarismo del que se suelen agarrar para la defensa de la regulación, dentro de este sistema capitalista.
    Follar si, mucho, elegido, y sin mercantilizar.
    Un abrazo compañera!
    Nilsa.

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  2. Qué lindo leerte mi amor :) si habremos debatido sobre este tema!!!!
    Yo sigo sin tener una posición clara, y le has dado en el clavo: el voluntarismo o la creencia en la libertad. ¿Hasta dónde somos libres en cada acción? Qué tormento.
    Está claro que nadie debería decidir nada por nadie, pero es que ya han decidido de antemano por nosotras.

    En fin... un abrazote fuerte! y muchísima suerte con todo! ;)

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