lunes, 6 de enero de 2014

Con un fosforito en la mano.

Hay días en que todo es caos y desorden. Hay días que no le verías las líneas rectas ni a un cuadro de Piet Mondrian. Así estoy hoy yo. Perdida y sin visión coherente del conjunto. Observando como caen las hostias en lugar de panes. Con ganas de repartir hostias, pero inmóvil. ¿Impotente quizás? No lo sé con exactitud. Pero el potaje de esta realidad machista me tiene frita. Me tiene, realmente, hasta el coño.

Meme solidario con Feministas Ácidas
La persecusión al feminismo (y la persecución política en general) en el ciberespacio es cada vez más frecuente. Pero lo que viene ocurriendo desde hace unos meses es, cuanto menos, desesperante. Cerraron la página de Feministas Ácidas hace unos cuantos meses, la de Memes Feministas hace unas semanas, y hoy le tocó a Feminismo Tocapelotas, todas ellas páginas de referencia feminista en la red social Facebook. 

Probablemente detrás de estos cierres esté una horda de machistas ciberencapuchados que acosan, deslegitiman y denuncian falsamente a las feministas, pero ¿dónde NO están estos cabrones?

Como reza un meme feminista: cuando recuperamos la palabra feminista y le quitamos el contenido negativo que siempre se le había adjudicado, empezaron a llamarnos feminazis. Y ahora que nos importa un pimiento que nos llamen feminazis o hembristas, nos denuncian para que nos callemos la boca. Molestamos. Molesta nuestra voz.

Por otro lado, el gobierno español también está con la misma meta silenciadora (¿o será que todos los machistas son lo mismo, una única entidad subdividida perfectamente para jodernos la vida?) y sigue para adelante con la Ley Anti-Mujer (no le cabe otro nombre) que llevará a la prohibición -prácticamente- del aborto (es decir, a una situación legal de la época dorada del franquismo) mientras reprime con puño, cárcel, multa y porra todas las protestas (también muy franquista, les va el rollito, no me extraña, todo queda en familia).

Empezamos el 2014 con una asesinada por su pareja en España, y unas cuantas más por todo el mundo, no sin ver con indignación como se burlaba de este hecho el grupo de música "Los Tres" que, con nuevos componentes, estrenó el videoclip de su canción "hey hey hey" haciendo apología del feminicidio. Y no sólo eso, sino que encima llamó "mentes enfermas" a quienes nos quejamos de su salvajada machista asquerosa. Muy maravilloso todo.

En otro rincón del mundo, las que deberían ser nuestras aliadas, van y se sacan de la manga una foto de portada racista, colonialista, esclavista... ¡Correcto! Otra gamba de las normativas FEMEN. Observen ustedes mismas:



Por último, para quienes no lo saben, comparto con un compañero la administración de la página Stop Gordofobia (en Facebook y Twitter). Y estos días han sido especialmente duros. No ya por los comentarios insultantes que la típica gente gordofóbica hace sobre nuestro peso (estamos acostumbradas a ellos), sino porque numerosas niñas con distintos desórdenes alimenticios, han  venido a hablar/debatir con nosotras. Algunas amables, pero otras llenas de odio. Odio por nosotras y por lo que representan nuestros cuerpos. No hacían sino insultarnos y decirnos que las gordas damos asco. Y yo no puedo evitar sentir dolor. No puedo. No por lo que digan, sino porque sé desde dónde lo dicen: lo dicen desde la más absoluta oscuridad. Pero, ¿cómo y cuándo cayeron en estos abismos? ¿Cómo las han empujado a tales oscuridades, a sentir odio desde lo más profundo de su ser, directo a su ser mismo y, desde ahí, a todo y todas las demás?

Me imagino mirar esta cara, estas manos, este cuerpo con el que yo existo, experimento, quiero y vivo en única oportunidad, y sentir profundo odio al observarlo... ¿Cómo? ¿Cómo han podido lograr esos cabrones que estas niñas sientan eso?

Maldito sistema de mierda.

Actitud María Marta dice en una canción "Ya no te asesinan, pero te hacen morir". No necesitan una dictadura, no necesitan -de momento- sacar a la calle a todas las fuerzas represoras del Estado. Nos metieron el enemigo dentro. Y no sólo es aliado del sistema el que hace la ley con el machista que denuncia las páginas de Facebook feministas, el que maltrata a mujeres, el que reprime en la calle o el que le grita "gorda" a una niña en la Cabalgata de Reyes: también lo somos nosotras mismas -yo misma- transitando por el auto-odio, la pasividad, el silencio, la pena y la impotencia, hablando desde la contrarrevolucionaria desesperanza, desde la tan inmovilizadora autocompasión... desde el rincón. 

Desde el rincón (y escucho el eco).

Desde esta basura de rincón caótico y desesperado desde el que me expreso porque me lo permiten (sí, reconozcamos de una vez que protestamos donde nos permiten, es sano reconocer los errores de una). 

Veo todo lo que está pasando y no puedo evitar recordar lo que tantas veces hemos oído las feministas: "Estás exagerando", "No es para tanto", "El feminismo es secundario".

Veo todo lo que está pasando y me da rabia que me hayan educado para no ser fuerte, para no pelearme, para no pegar, para no saber defenderme.

Veo todo lo que está pasando y me da pena que no sepamos aún a quién odiar y a quién amar. 

Veo todo lo que está pasando y no puedo pensar en otra cosa que Gioconda Belli escribiendo Vestidos de Dinamita sin masculino genérico.



¡Oh! ¡Divina utopía! ¡Sueño contigo!
Saldré de este caos a buscarte
Nos levantaremos mil veces y mil veces venceremos
al grito de feminismo o barbarie

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