domingo, 15 de septiembre de 2013

Superheroínas

Hay una historia que siempre saco a colación en los debates sobre adoctrinamiento o construcción social (y la posibilidad de ese "espacio neutro de educación" que muchas personas creen que existe) y es la siguiente:

Una amiga mía, vegetariana, se encargaba de su hermana menor por las tardes y tenía que hacer de comer para ambas. Como era de esperarse cocinaba vegetariano (era su costumbre y lo más fácil), y compartía el menú con su hermana. Este hecho era un acto de "adoctrinamiento" según su familia (que no era vegetariana evidentemente) puesto que consideraban que mi amiga estaba imponiéndole sus costumbres no-carnívoras a su hermana menor. ¿Lo curioso de todo esto? Los fines de semana la familia llevaba a la pequeña al Centro Comercial a comer a McDonald's (y esto -claro está- no era para ellos "adoctrinamiento" sino una actividad común y corriente). 

¿Regalo para fregar los platos?-Simone de Beauvoir te manda un abrazo.

Lo mismo ocurre cuando hablamos de juguetes: desde pequeñas se nos va adoctrinando en determinados juegos (diferenciados por sexo), desde la perspectiva de lo que es considerado algo totalmente "normal" para con nosotras. Y así, a las niñas se les regalan cocinas y muñecas, y a los niños pelotas y juegos de guerra (ambos mensajes muy peligrosos). 

Quizás este argumento (o queja) esté muy trillado dentro del ambiente feminista, pero es que ya he perdido la cuenta de la cantidad de ocasiones en las que, hablando del adoctrinamiento patriarcal desde la infancia a través de algo tan simple -y peligroso- como un jueguete, sale la típica persona, con el típico argumento típicamente biologicista-sexista: "¡oye! que se ha hecho un estudio en niños y niñas, y las niñas siempre eligen a las muñecas y los bebés para jugar, y los niños siempre eligen a las pelotas y los juegos más aventureros y violentos. Es una cuestión biológica, genética..."; o el más utilizado aún: "hay un experimento que demuestra que hay diferencias entre los cerebros de los hombres y los cerebros de las mujeres"... Uff.

Dos cosas para derribar el discurso de estos "experimentos": 

1) El cerebro es plástico, va modificándose según las experiencias que vamos teniendo.
2) Si el cerebro se modifica según nuestras experiencias y las experiencias que tenemos desde pequeñitas son siempre diferenciadas por sexo (somos tratadas de una forma distinta si somos hombres o si somos mujeres), normal que nuestros cerebros vayan por lares distintos.

Esos cerebros que se analizan y esas niñas que escogen muñecas para jugar ya han sido socializadas, ya tienen experiencias, no hablamos nunca de un objeto de estudio "en blanco". Por lo tanto, es como pintar una pared de verde y luego hacer un experimento para comprobar que -efectivamente- la pared es verde. Así de estúpido.

En tal caso lo curioso sería preguntarnos, ¿de qué otros colores podría ser la pared? ¿por qué es de ese color y no de otro?


El trato diferenciado

Todas las personas actuamos según quién sea nuestro interlocutor, quién es esa persona que está al otro lado y cómo la interpretamos. Aquí les dejo un video muy curioso que lo demuestra: 


 
(diferencia de cómo actuamos si en frente tenemos a 
un chico blanco, a un chico negro o una chica guapa)


Esta diferencia de trato se aplica desde nuestra niñez; toda una serie de relaciones diferenciadas entre niños y niñas se ejercen incluso desde que somos bebés. Además, no sólo estamos hablando de las palabras, sino también de nuestra actitud, de los tonos de la voz, los movimientos y hasta de la fuerza de un abrazo. Todo esto consta de un contenido simbólico que es aprehendido por la persona constituyendo parte de la experiencia inicial que va conformando su identidad con lo que se espera de ella por ser de un sexo u otro (es decir, acorde a la norma[1]). Todo esto va cargado de brusquedad y fuerza, o  de sensibilidad y fragilidad, mensajes que comienzan la construcción de una identidad u otra partiendo de la interpretación del cuerpo.

Un ejemplo claro de la diferencia en el trato entre chicos y chicas lo vemos en el siguiente experimento:




 (mientras lo vemos, imaginemos estas acciones repetidas constantemente, 
hasta la saciedad, a lo largo de nuestra infancia y luego toda nuestra vida)


Juguetes poco inocentes

Diferencia de disfraces entre chicos y chicas
(http://lospaziobianco.tumblr.com/post/57893043181)
En un encuentro para debatir sobre la violencia publicitaria contra las mujeres, una de las asistentes me dijo que se iba de allí absolutamente aterrada: tenía una hija de 4 años a la que ahora veía completamente vulnerable frente a los ataques -gráficos y audiovisuales- del patriarcado. ¡Y no era para menos! 

¿Tienes algo que ponga "persona"?
 Atendamos a los juguetes adjudicados a niñas (cocinas, artículos de limpieza, bebés para cuidar, muñecas a las que imitar en belleza...) y adjudicados a niños (soldados, coches, pelotas, superhéroes...); echémosle un ojo a algo tan simple como los disfraces, el papel de las mujeres en las historias que cuenta Disney o los colores de los objetos dirigidos a nosotras; la pompa y la fragilidad de todo lo que rodea al mundo supuestamente "femenino" de artículos para la belleza y el cuidado; la aventura y el riesgo que resaltan en un ambiente masculino donde estás destinado a ser el superhéroe protector. Luego, ¿Cómo no cumplir con los roles de género? ¿Cómo no ser madres cuidadoras? ¿Cómo no creer que el modelo a seguir es una barbie sexy y guapa? ¿Cómo no caer en el sueño del príncipe azul que nos rescata? ¿cómo no ser FRÁGILES?





Superheroínas.

Ayer vi por primera vez "Thelma y Louise". Si bien lo que siempre se resalta de la película es lo que pueden llegar a hacer dos mujeres armadas frente a un violador, yo me quedo con el hecho de lo que puede llegar a hacer una mujer empoderada frente a un violador, un acosador o cualquier otro opresor, lo liberador que es tomar las riendas de tu vida y de tu seguridad, y la sonrisa casi eterna que se te queda en la cara cuando le das una buena patada al patriarcado.

Hace poco colmó los medios de comunicación la noticia de que una justiciera que se hace llamar "Diana la vengadora" ha acabado con la vida de dos conductores de las líneas nocturnas de bus en Ciudad Juárez, los cuales habían violado a numerosas mujeres, hechos que -como es costumbre- no llamaron la atención de las autoridades.

También es noticia que un cómic pakistaní tendrá como heroína a una mujer conocida como "la heroína del burka", que por las noches se dedica a vengarse de quienes cierran las escuelas de mujeres.

Una mujer se salvó de ser violada por tener una plancha a mano no para planchar sino para utilizarla como arma de defensa.

Riley se queja ante la cámara de que ella quiere jugar con superheroínas y no con princesas de color rosa.

Quizás mañana la heroína se ella.



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(1) Normas de género: a través de éstas se ejerce el control de los cuerpos y las identidades. Funcionan como refuerzo de los roles, la identidad y el status de género. Determinan conductas, formas de vestir, actitudes, etc. (Puleo, Alicia H., GÉNERO Y COMUNICACIÓN: Introducción al concepto de género, Madrid: Fundamentos, 2007)

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