Resistiendo como gorda, como negra, como guerrillera,
¿yo? ¡ballena!
Krudas Kubensi
Hace unos días alguien me llamó "exagerada" por hacer referencia a esta idea que desde ya expongo en el título: la gordofobia es una nueva forma de racismo.Y no es algo que piense desde hace poco, o algo que sólo lo piense yo; no, para nada. Es algo que vengo viendo, leyendo y reflexionando desde hace unos cuantos meses, después de leer a Assata Shakur (luchadora socialista y antirracista de las Panteras Negras) relatando en su autobiografía cómo vivía las retricciones raciales en las tiendas, playas, cafeterías, educación y sanidad, en los Estados Unidos de los años cincuenta (por cierto, este libro me cambió la cabeza en lo que respecta a entender el racismo en EEUU y lo recomiendo mucho).
Mientras leía iba pensando: salvando las distancias, mucha gente (tanto yo como otras personas que relatan sus vidas en Stop Gordofobia), hemos experimentado muchas de estas cosas, con más o menos explicitud según la ocasión, por ser gordas.
Veo cierta similitud corporal entre ser gorda y ser negra. Ser gorda es ser algo 24 horas al día, 7 días a la semana. Una cualidad física de la que no puedes huir, algo que no puedes disimular de ninguna forma (igualito que ser negra/o). Algo que encima tiene (al igual también que la "negritud") toda una serie de etiquetas adjuntas a la cualidad física: ni la gente negra, ni la gente gorda, podemos escaparnos al ojo humano ni a la opresión adyacente a nuestra cualidad, impuesta por ese ojo que nos mira y que piensa automáticamente que somos -por ejemplo- unas delincuentes en el primer caso, o unas vagas insalubres, en el segundo.
La gran diferencia, quizás, radique en que el racismo es más explícito que la gordofobia. La sutileza de la gordofobia implica que no haya un cartel en el que se pueda leer "se prohíbe la entrada a los gordos", pero los gordos estemos igualmente prohibidos.
¡Cuidado! No estoy diciendo que el racismo no exista o esté superado
(soy una sudaca en territorio europeo, sé que no lo está), ni estoy
comparando las discriminaciones con intención de establecer una
jerarquía entre ellas (como dice mi amigo Carlos, esto no es un concurso
de "Miss Oprimida"). Sólo me sirvo de los paralelismos que me ofrecen
estas dos discriminaciones, para poder intentar explicar
(desesperadamente) la discriminación gordofóbica que padecemos miles (o
millones) de personas en silencio.
- Experiencias gordofóbicas cotidianas: medicina, trabajo, tiendas... -
Que yo recuerde, mi primer experiencia gordofóbica directa ocurrió en una tienda de ropa Stradivarius, hace ya muchos años. Entré para comprarle un regalo a mi hermana (que lleva una 38), y nada más entrar me paró una dependienta por un pasillo y me dijo "aquí no hay ropa para ti". Yo, acomplejada y nada empoderada, me di media vuelta y me fui a llorar a mi casa. Aún hoy elucubro en mis pensamientos las mil respuestas que podría haber dado, o fantasío con lo que diría en mis circunstancias actuales de empoderamiento gordo.
En cualquier caso me pregunto: de manera indirecta, ¿cuántas tiendas son las que me tienen prohibida la entrada? (y no me vale el "puedes entrar a mirar").
En cualquier caso me pregunto: de manera indirecta, ¿cuántas tiendas son las que me tienen prohibida la entrada? (y no me vale el "puedes entrar a mirar").
Hoy en día se leen titulares en los periódicos de Estados que inician "la cruzada contra la obesidad", "la guerra a la obesidad", "acabar con la epidemia", sin pensar -parece- que hacen referencia a mí, a mi cuerpo... como si yo misma fuera algo a extirpar de esta sociedad. ¿Alguien está pendiente de los estudios que, como los de Esther Vivas, denuncian que la obesidad está relacionada en la mayoría de los casos con las clases bajas y una falta de acceso a una alimentación saludable por motivos económicos que apuntan a que la gordura también es una consecuencia de la pobreza?
Si hay algo a extirpar en este mundo es la mala/desigual distribución de la riqueza.
Si hay algo a extirpar en este mundo es la mala/desigual distribución de la riqueza.
En EEUU y en muchos otros países, las aseguradoras médicas establecen cláusulas en los contratos por las que no se comprometen a atender al paciente si su malestar/enfermedad está relacionado con la "obesidad". ¿Alguien está al tanto de la cantidad de malestares/enfermedades/consecuencias que se le achacan a la obesidad sin que esté científicamente demostrado que sea ésta la causa real? (por las dudas aclaro: estoy diciendo que prácticamente de TODO le echan la culpa a la obesidad, y que fácilmente puedes quedarte sin atención médica aunque la estuvieras pagando... mi médico me ha recetado adelgazar para curarme de una gripe, no digo más). ¿Alguien se ha planteado por qué, desde hace relativamente poco tiempo, se considera obesa a una persona con unos 10 kilos demás? Sin ir más lejos, a una miembro de mi familia con 10 kilos demás (exactos) se le fue impuesta dicha cláusula en el contrato del seguro médico, alegando que estaba "obesa". ¡Y todo esto si la aseguradora no te rechaza desde el principio, claro! Porque hay aseguradoras que ni siquiera te admiten en sus listas por ser gordo/a. Todo esto resulta preocupante en países donde las personas no tienen acceso a una atención médica pública/gratuita (que por cierto, cada vez son más).
¿Te estás preguntando cuánto dinero se estarán llevando muchos médicos a costa de echarle la culpa de todo a la obesidad, y a costa de considerar a una persona "obesa" cada vez con menos kilos demás, de responsabilizar al sujeto de todo, y hacerle pagar las facturas siempre aparte? ¿Te estás preguntando cuántas personas, por no poder pagar, se están quedando sin atención médica?
Yo sí.
La situación es, realmente, alarmante. Y todo pasa ante los ojos de todo el mundo, sin que nadie se extrañe o se queje... ¿Por qué? Porque se considera que la gente que está gorda, lo está porque quiere, que es su culpa (¡dios mío! ¡la maldita culpa siempre!). Hace poco me pasaron este artículo que desmonta el concepto de "fuerza de voluntad" científicamente, lo dejo aquí sólo para ir ya contraargumentando a aquellos que vengan a decirme que sí es culpa nuestra: http://loquedicelacienciaparadelgazar.blogspot.com.es/2015/02/el-estigma-de-estar-gordo-ii-por-que.html?spref=tw
Por último, para terminar de perfilar este asunto, dejo constancia de las dificultades para conseguir trabajo siendo gordo o gorda (y todo esto, repito, basándome en historias cercanas, personales y en testimonios que vamos publicando en la página Stop Gordofobia, donde hablan de sus casos personales ya más de 20 mil personas). Es más que evidente que en esta sociedad de la imagen que vivimos (o padecemos) la apariencia es fundamental para prácticamente todos los puestos laborales. En este sentido, las gordas y gordos nos vemos sin posibilidad de acceso a numerosos trabajos, a pesar de estar cualificados/as para el empleo (hay ya casos de personas que les niegan puestos públicos por su sobrepeso, y hace poco fue puesta en cuestión la Ministra de Sanidad de Bélgica por ser gorda).
Y por no aburrir, ni extenderme más en este punto de la gordofobia cotidiana, no explicaré ampliamente sino sólo nombraré numerosas invisibilidades diarias: no hay gente gorda en la televisión o en las películas (salvo haciendo el ridículo, o el papel de su propia identidad gorda), no hay gordos protagonistas de obras teatrales, no hay gordas en las revistas, ni en los periódicos, ni en la política; se nos perdona en la música si somos brillantes y nos comprometemos a adelgazar y cambiar nuestra imagen con el tiempo (Rosa, Adele, Susan Boyle...). Y bueno, ¡la última!: ahora resulta que algunas gordas se han colado en las pasarelas y la gente se escandaliza.
Resumiendo, hay sitios a los que no podemos entrar, hay médicos que se
niegan a atendernos, hay empresas que se niegan a admitirnos, y no se
nos ve por ninguna parte: cumplimos la contradicción de ser
corporalmente hipervisibles y mediática-cultural-laboral-políticamente
invisibles.
- La hipervisibilidad invisible, el nuevo racismo -
Por lo expuesto hasta ahora afirmo que no tenemos representatividad real ni simbólica. No existimos. Y de las relaciones afectivo-sexuales ni hablo, porque me da para un libro entero.
No existimos y vivimos en soledad. Y esta invisibilidad alimenta el hecho de que cuando nuestra hipervisibilidad se hace visible en algún sitio, seamos los seres extraños, raros, señalables, excluíbles.
Por eso creo que esto es una nueva forma de racismo. La delgadez copa todos los sentidos, como siempre lo hizo la piel blanca, mientras eran invisibilizadas las personas negras, sus costumbres, sus vidas, y el maltrato, la violencia y la humillación a la que siempre fueron (y lamentablemente siguen siendo) sometidas.
El colmo de nuestra invisibilidad llega cuando al denunciar la discriminación gordofóbica que sufrimos, la gente se burla de nosotras, ridiculizan nuestros reclamos, se ríen de nuestras experiencias y denuncias.
El colmo de nuestra invisibilidad llega cuando al denunciar la discriminación gordofóbica que sufrimos, la gente se burla de nosotras, ridiculizan nuestros reclamos, se ríen de nuestras experiencias y denuncias.
Quizás no se visibilice ahora mismo las amplias consecuencias que tiene la gordofobia, porque recién se está empezando a teorizar e investigar sobre ella (al menos en el mundo de habla hispana), pero estoy segura que no será complicado encontrar relación entre experiencias de bullying gordofóbico y anorexia, bulimia, aislamientos, depresiones, ansiedades, fobias varias, y hasta el suicidio. Lo mismo que tampoco será difícil encontrar relación entre gordofobia y negligencias médicas varias, o información acerca de cómo la presión gordofóbica conlleva muchas veces la imposibilidad de adelgazar en quienes se lo proponen (los relatos que tenemos en Stop Gordofobia dan cuenta de todo esto).
Una vez alguien me dijo: "Una persona deja de ser racista cuando dice: <me follaría a un negro>", opino lo mismo de la gordofobia. Tú lector, tú lectora: ¿te acostarías con una gorda? ¿te follarías a un gordo?
Sé sincero/a.
Reconoce tu gordofobia.
- Opresión gordofóbica y otras opresiones -
Sé que mucha gente al leer esto pensará "cómo se atreve a comparar Sudáfrica, EEUU, siglos de tráfico de esclavos/as..." con la gente gorda, o como decía al principio, muchos me llamarán exagerada.
Al respecto, decir tres cosas:
1) Lo importante para acabar con las desigualdades es anticiparnos en el tiempo, es la prevención. La gordofobia no tiene el mismo bagaje histórico que el racismo, ni la misma cantidad de víctimas (jamás se me ocurriría afirmar algo así). Pero debemos ser capaces de identificar una opresión antes de ver el reguero de sus consecuencias... ¡anticiparse al enemigo!
2) La gordofobia es una opresión estructural en la medida que restringe la vida y las oportunidades de una gran cantidad de personas (e incluso las somete de forma violenta: son comunes los acosos escolares y callejeros), es omnipresente en las sociedades occidentales, es jerárquica (hay un grupo de personas que se benefician, tanto social como económicamente de ello) y excluye al grupo discriminado de los ámbitos en los que la realidad es definida (como los mass media, por ejemplo... más info aquí: http://ladobleefe.blogspot.com.es/2013/11/hablemos-del-privilegio-de-ser-delgads.html).
3) La gordofobia, como opresión estructural no es una opresión aislada: se mezcla con otras opresiones como la de clase, de raza, orientación sexual, religión o habilidad (personas con diversidad funcional). Esto significa que artículos como este que enlazo a continuación, y que explica por qué es peor insultar a alguien por negro que por gordo, quedan absolutamente carentes de sentido y fuera de lugar: https://madredemarte.wordpress.com/2013/05/22/que-diferencia-hay-entre-insultar-a-un-nino-porque-es-negro-o-porque-es-gordo/.
Krudas Cubensi |
El artículo de este último punto, que compara el racismo y la gordofobia jerarquizándolas, ha sido el que me ha llevado a escribir este post con intenciones de desjerarquización. Las opresiones son todas diferentes y entrecruzadas sin status de superioridad (aunque repito: aquí comparé dos para intentar visibilizar una que está invisible, que es la gordofobia).
Creo que debemos tener presente que la intersección de opresiones es la norma en un sistema opresor. No podemos luchar contra una opresión ejerciendo o invisibilizando otras, porque seguimos alimentando a ese mismo sistema opresor general. Pero yo me callo ya, porque no puedo explicarlo mejor que Paco Vidarte (hablando de la lucha LGTB unida a otras luchas):
<< No basta con ser pobre, negro, bollera, parado, trans, proleta, sin techo para poder pasar del resto de la gente porque bastante tenemos con ser negros, pobres, maricas como para preocuparnos por los demás, aparte de que no se metan con nosotros. No basta con que te pisen el cuello por maricón o por negro para que tú encuentres justificado pisar por tu parte otros cuellos más débiles que el tuyo, o igualmente vulnerables, sólo que por otros motivos. No basta con ser trans o bollera para poder comportarte sin complejos como una auténtica hija de perra y pisar a otras trans, a otras bolleras, a otros emigrantes porque en algún aspecto de la vida te encuentras por encima de ellos. Que te pisen el cuello por maricón no es justificación para que, como maricón, le pises el cuello a la ecuatoriana que limpia tu casa.
Si algo así como una Etica LGTBQ es pensable y deseable, ha de partir del hecho de que la lucha contra la homofobia no puede darse aisladamente haciendo abstracción del resto de injusticias sociales y de discriminaciones, sino que la lucha contra la homofobia sólo es posible y realmente eficaz dentro de una constelación de luchas conjuntas solidarias en contra de cualquier forma de opresión, marginación, persecución y discriminación. Repito. No por caridad. No porque se nos exija ser más buena gente que nadie. No porque tengamos que ser Supermaricas. Sino porque la homofobia, como forma sistémica de opresión, forma un entramado muy tupido con el resto de formas de opresión, está imbricada con ellas, articulada con ellas de tal modo que, si tiras de un extremo, el nudo se aprieta por el otro, y si aflojas un cabo, tensas otro.
(...) Esto hace que aquello por lo que hay que luchar no sea la derrota de la homofobia sin más y que los demás luchen cada uno por su cuenta contra lo que los oprime. El objetivo de toda lucha, por ejemplo, contra la homofobia, o contra el racismo, o contra la misoginia es la no discriminación de los oprimidos sistémicamente por cualquier causa. (...) Éstos, de suyo, forman parte todos delgran grupo de los excluidos sociales, frente a la clase poderosa que nunca o rara vez entra en estos jueguecitos de ponerse la zancadilla, sino que se divierte viendo cómo los desgraciados se putean entre ellos y, en vez de ser solidarios, prefieren descargar su rabia unos con otros, debilitándose, perdiendo toda posibilidad de cohesión como grupo de resistencia frente al verdadero poder opresor.
Si la opresión es sistémica, una Ética LGTBQ deberá cubrir todos los frentes. Contra la opresión sistémica, sólo cabe la solidaridad. Toda acción que sea meramente egoísta, insolidaria, refuerza el sistema de represión general. (...) la tentación de recurrir a la exclusión, a la discriminación, a la opresión para luchar contra la exclusión, la discriminación y la opresión es muy fuerte. Y de esa tentación se nutre el poder y el sistema de prejuicios, privilegios y valores que hacen existir la homofobia al lado de otras muchas formas de discriminación.>>
Geniallll artículo Magda. Necesario, puntero, qué puedo decir. Hay que complejizar mucho más el mapa de las opresiones de lo que a muchas les gustaría. Absolutamente pertinente la comparación...
ResponderEliminarSólo añadir que racistas follarían y follan cuerpos negros (vaya que sí), y lo mismo ocurre con los cuerpos gordos. Una cosa es satisfacer morbos, consumir prostitución, amar tras las cortinas, muchas veces mezclando mitos antiguos sobre negras y gordas de sexualidad desaforada (qué casualidad, negras y gordas ambas hipersexualizadas), y otra reconocer a la otra persona en un plano horizontal, compartir afectos (públicamente también), cuidar, etc....
Un abrazo...
Muchas gracias! Y gracias por el matiz de follar/compartir afectos... tienes razón. El morbo o el fetiche no tiene por qué ir aparejado de un respeto fuera de la cama.
EliminarSobre el asunto de la hipersexualización, me lo apunto! ;) No me había dado cuenta... otro punto sobre el que reflexionar.
Gracias por el comentario!
Abrazo!
Me parece una barbaridad que comparéis el racismo con la gordofobia. Siglos de asesinatos, de discriminación, abusos y larguísimo etc hacia un color de piel, una raza, una cara, algo aún presente en la sociedad; con la gordofobia. Estoy gorda, desde niña, he sufrido y seguiré sufriendo por estar gorda en una sociedad de delgados, de culto al cuerpo y a la eterna juventud. Pero siempre tendré el privilegio que me otorga ser blanca, por eso no son similares. La gordofobia es algo más extendido hacia las mujeres, desde hace unas décadas, es algo machista, algo capitalista. Pero jamás será como el sufrimiento que crea el racismo. A un gordo no lo dispara la policía por estar gordo. A una familia gorda no le escriben en su puesta GORDOS FUERA. A un gordo no se les persigue con piedras o fuego. No se nos trata como animales o menos que animales. No se nos condiciona los estudios o los trabajos. Por favor, meditad sobre la comparación que hacéis.
ResponderEliminarFirmado Raquel (anónimo es por no hacer cuenta, no por esconderme)
Raquel, gracias por tu comentario, pero tengo que decirte que me queda la sensación de que no leíste el texto (o al menos no completo). Discúlpame pero lo siento así al leerte. Y es que expuse en numerosas ocasiones que NO busco comparar el sufrimiento que generan ambas opresiones (como dije, es una obviedad que el sufrimiento y el número de víctimas del racismo son más grandes ahora mismo, por historia), sino que intentaba usar los rasgos generales del racismo para poder explicar cómo hay paralelismos con la discriminación gordofóbica, porque ambas son discriminaciones estructurales, igualmente ocupadoras de numerosos espacios de las vidas de las personas.
EliminarNo quiero entrar a comparar las dos opresiones porque no es mi intención desde el principio (aunque en referencia a tus ejemplos: a la gente gorda sí le condiciona su vida y sus estudios su gordura, y sí se nos trata como animales), sólo quería recalcar una idea, y un parecido en lo que a la estructura se refiere.
También digo que es un intento de prevenir las posibles consecuencias que esto de la gordofobia podría tener (cada vez hay más gente gorda en el mundo, consecuencia de la pobreza, entre otras cosas, y no creo que sea necesario esperar a que haya tantas víctimas como con el racismo para empezar a concienciar y a actuar).
Por poner más simple y más claro lo que quiero decir: lo que hace estructural a la gordofobia, es que automáticamente por ser gordx tienes una series de opresiones encima, lo mismo que por ser negrx, o por ser mujer (características físicas de las que no puedes huir en ningún momento). Está implícito, más allá de que unas violencias sean más graves que otras, o sucedan a más cantidad de personas que a otras, o con más intensidad según con qué otra opresión se entrecruce la gordura, la negritud, clase o sexo (está claro que no sufrirá lo mismo una mujer gorda negra y pobre, que un hombre gordo, negro y rico, por ejemplo... o no creo que Obama, negro, rico y poderoso, tenga menos privilegios que tú, aunque seas blanca).
En ningún momento dije que la gordofobia sea igual de grave o más grave que el racismo (porque no lo sé, y no me interesa hacer una jerarquía).
Otra cosa que dejo clara en el texto, y que es una sensación que se me ha creado a mí a raíz de la administración de la página Stop Gordofobia: aún no tenemos ni la más mínima idea del alcance de la gordofobia, por lo que no me atrevo a minimizar esta discriminación ni los efectos que ésta parece que tiene. Son demasiados los testimonios que he leído a lo largo de este año y medio de existencia de la página, con demasiado dolor, demasiada crueldad, humillación, sufrimiento, aislamiento... como para tener que leer burlas sobre nuestras denuncias o un "ah no no, esto no es para tanto", cuando hablamos de gordofobia.
Saludos.
Muchas gracias por responder. Estoy de acuerdo con lo que planteas, de verdad. Y leí el texto. Pero me da miedo frases como Fat is the new black y cosas así que ya he visto hasta en camisetas, me parece una falta de respeto muy grande para todas las personas que luchan o han luchado en contra del racismo, por eso me parece un tema muy complicado. Sé lo que quieres decir y expones en el texto y tu preocupación sobre la gordofobia es la mía, pero no sé si te pasará como a mi que me aterra este nuevo feminismo de chica blanca de clase media-alta (no digo que tú o tu blog lo seáis) que ha entrado tan fuerte y se alimentan de luchas muy importantes (que en muchos casos se ha cobrado vidas) para hacerlas propias pero distintas, no sé si me explico, pero he llegado (repito que no aquí en tu blog) a leer cosas como "la revolución será cuqui o no será" y me horroriza, porque la revolución es para todas/os (como bien indicáis vosotros/as en algunos textos) y no se puede limitar solamente a un estilo, personalidad, gusto, como se quiera llamar. Mi miedo, por así decirlo, es caer en hacer las luchas más "fashion" más "monas" para que así la gente que normalmente no se preocupa por estos temas empiece a verlos. Sé que me voy del tema, pero quiero explicarte que no critico tu texto o tu lucha, sino esa frase tan poco acertada para mi gusto. Un saludo y sigue así, por lo que voy leyendo me gusta mucho tu trabajo.
EliminarEntiendo tu preocupación, pero el texto es mucho más que el título.
EliminarPor otra parte, me preocupa exactamente lo mismo que a ti, que un feminismo blanco de clase media invisibilice todas las demás luchas... es algo contra lo que se viene luchando desde muchos frentes, desde muchos feminismos diversos, desde hace muchos años.
En lo que a mi lucha respecta (feminismo antigordofóbico), una cosa con la que nos enfrentamos mucho es con el prejuicio de que la gordofobia ataca a gente blanca de clase media alta, de alto poder adquisitivo (como si ser gordx fuera un privilegio de clase), y este es uno de los mitos que hay que derribar: la mayoría de seguidorxs de la página Stop Gordofobia son gente latinoamericana, y muchxs de ellxs aclaran ser gente de pocos recursos económicos. Como digo en el texto también, hay pruebas/estudios que relacionan clases bajas/pobreza y gordura. Es decir, esto no es cosa sólo de gente blanca occidental, y no es sólo cosa de clase media-alta.
Puede que mucha gente entienda como una ofensa la comparación, pero repito que sólo uso los paralelismos a modo pedagógico, explicativo. También hay muchas diferencias entre racismo y gordofobia. Una de ellas es que aún no sabemos la cantidad de víctimas de la violencia gordofóbica, por ejemplo. Pero eso no quita que no haya que señalarla como discriminación estructural. Más aún hoy en día cuando los índices de personas con sobrepeso y obesidad no paran de subir en numerosos países y con ello la cantidad de personas expuestas a esta discriminación. ¿Es que de repente estamos eligiendo engordar en masa? Claro que no! Hay una serie de circunstancias socioeconómicas, psicológicas, biológicas y culturales que nos llevan a esto y que deberíamos analizar. Pero, por ejemplo, las medidas gubernamentales están siendo criminalizar a la población y responsabilizarla; los medios de comunicación se dedican a burlar y/o invisibilizar; el imperio de la delgadez crea la paranoia de la gordura que deja cada vez más y más pibas al borde de enfermedades por la presión estética, bajo regímenes alimenticios estrictos e insanos, o expuestas a cirugías y demás medidas nocivas para sus cuerpos, etc. Y algo hay que hacer contra todo esto, creo yo.
Cuando las mujeres empezaron sus reclamas feministas en medio del movimiento obrero muchos las llamaron exageradas, quejicas, que no era el momento, que había otras cosas más importantes, que el voto, las tareas del hogar o los asuntos relacionados con la maternidad eran luchas burguesas-secundarias que no dejaban tantas víctimas como la explotación laboral. ¿Qué pasó al final?, que con el tiempo se demostró que el patriarcado no sólo es un sistema que genera numerosas violencias a más de la mitad de la población mundial, que tiene y ha tenido más víctimas de las que se creía, sino que se ha dejado claro que como opresión no es jerarquizable con la de clase, pero sí son ambas estructurales e interseccionales (o cruzables unas con otras), igual que el racismo y (a mi modo de ver, y lo que intento demostrar) la gordofobia.
Gracias por leer mi blog, por el apoyo, por el debate y por todos los comentarios.
Un abrazo sororo ;)
Gracias a ti :)
ResponderEliminarUn abrazo y a seguir luchando!