domingo, 10 de noviembre de 2013

La apología de la artificialidad

Alguien me envió ayer una lista de 27 obras artísticas que "No podrás creer que no son fotografías" y no pude evitar pensar en la apología de lo artificial en la que estamos inmersas, cuando lo sorprendente es que un ser humano sea capaz de imitar lo artificial. No sé cuántas veces habré oído frente a unas frutas bellísimas la frase Mira qué lindas, ¡si parecen de plástico!

Sí. Estamos en la era de la apología del plástico. Lo artificial se ha convertido -en todos los niveles- en el referente para hablar de belleza.

Si cuando una niña es bella decimos que parece una muñequita no es de extrañarnos que proliferen las mujeres que modifican sus cuerpos para parecerse a Barbie y los hombres que quieren parecerse a Ken, o que el uso del photoshop no cause estupor más que en las feministas que, para combatir los estereotipos estéticos, siempre estamos alertas ante los excesos de los diseñadores gráficos, pues ser una muñeca ES hoy el referente.

¿Será que los seres humanos ya no tenemos otro objetivo que tener las mismas cualidades que las máquinas o que lo que ellas producen? ¿Es la misión de nuestras vidas ser capaces de trabajar como una máquina de fotos, tener la apariencia de una muñeca de plástico, comer frutas que no parezcan frutas...?


Mujer: tienes una piel de terciopelo... unas tetas que parecen que fueran de silicona... un pelo de seda... unos ojos que parecen de lentillas de color... una boca tan bella que parece operada... unas uñas tan perfectas que parecen postizas... Si esto sigue así, en cualquier momento comenzaremos a oir Estás tan buena que pareces photoshopeada.
Quizás lo más inquietante sea preguntarnos si todo esto proviene de un amor incondicional a las máquinas o de una muy oscura extensión de nuestro propio ego.

También encontré esto: "11 imágenes que no podrás creer que no estén photoshopeadas". Parece que ya somos incapaces de lanzar la mirada sobre la naturaleza sin el encuadre; parece que el photoshop realiza mejores imágenes que la propia naturaleza y se ha convertido, definitivamente, en el nuevo baremo de la belleza:  ¡Pasen y vean! ¡Sorprendente! ¡Aquí la naturaleza lo hizo mejor que el Photoshop!


......... 

A veces siento que estamos en la peor pesadilla de Walter Benjamin, filósofo que ya por los inicios del siglo XX manifestaba con asombro cómo la reproducción técnica había copado todos los espacios de nuestras vidas, asesinando el aura* de las experiencias, apresándolas, encarcelándolas para siempre. Mantenía el autor que el aumento de la reproducción técnica (en serie) está íntimamente relacionado con la sociedad de masas y con dos cualidades concretas de ésta:

a) la tendencia apasionada del ser humano a poseer las cosas y hacerlas cercanas, suyas
b) la tendencia a romper -a través de la reproducción- la singularidad que le es propia al objeto o la experiencia

Por ejemplo, cuando estamos frente a un paisaje asombroso, incapaces de simplemente disfrutar de ese momento, le tomamos una fotografía y   convertimos en objeto algo que es irrepetible, rompiendo su aura (su lejanía irrepetible) en pos de la posesión de algo que consideramos bello.

Quizás hayamos llegado al extremo de adorar más a esa posesión repetible que al origen y la cualidad irrepetible, tan ajeno en nuestros días. La artificialidad que en su momento fue producida/creada por el ser humano, hoy se encuentra en el podio de la admiración de éste como si ya no fuera un producto nuestro, sino independiente, con vida propia. Tanto, que nos sorprendemos de poder imitarla. Tanto, que la convertimos en meta.



La máquina y la ciencia que había lanzado sobre el mundo exterior, para dominarlo y conquistarlo, ahora se vuelven contra él, dominándolo y conquistándolo como a un objeto más. Ciencia y máquinas se fueron alejando hacia un olimpo matemático, dejando solo y desamparado al ser humano que les había dado vida. Triángulos y acero, logaritmos y electricidad, sinuosidades y energía atómica, unidos a las formas más misteriosas y demoníacas del dinero, constituyeron finalmente el Gran Engranaje, del que los seres humanos acabaron por ser oscuras e impotentes piezas.
Ernesto Sábato




* El concepto de "aura" en Benjamin tiene muchas acepciones a lo largo de su obra, en este texto me refiero a su acepción de lo irrepetible del instante.


Bibliografía:  Walter Benjamin, La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica.


3 comentarios:

  1. Agrégale este video.
    http://www.youtube.com/watch?v=olPPOsV2wHQ

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  2. La de la foto es la ucraniana Valeria Lukyanova, una de las barbies humanas más famosas.
    Su pensamiento es racista, pero rechaza totalmente la familia burguesa nuclear..Anti-patriarcal a medias.

    http://fox17.com/news/features/top-stories/stories/human-barbie-draws-debate-more-than-looks-20675.shtml

    También es seguidora del respiracionismo, que proclama la posibilidad de supervivencia sin comer. http://hollywoodlife.com/2014/03/02/valeria-lukyanova-human-barbie-interview-air-light-diet-no-food/

    Curiosa tipa, como no podía ser de otra manera.

    Saludos

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